Realmente disfruté leyendo Animales metafísicos: cómo cuatro mujeres devolvieron la filosofía a la vida por Clare Mac Cumhaill y Rachel Wiseman. Es uno de los dos libros recientes sobre el cuarteto Elizabeth Anscombe, Philippa Foot, Mary Midgley e Iris Murdoch, todas estudiantes de filosofía en Oxford justo antes y durante la Segunda Guerra Mundial, y que permanecieron cercanas en los años de la posguerra cuando comenzaron sus carreras académicas y de escritura. (El otro es Las mujeres traman algo de Benjamin Lipscomb, que aún no he leído.)
Como period de esperar, el libro trata de filosofía más que de economía. Hice PPE en Oxford y me sentí bastante desesperado con la filosofía a pesar de que me fue bien en los exámenes. Nos enseñaron la tradición británica, Locke y Hume, y la filosofía lingüística y analítica moderna, Ayer y Hare. Las cuatro mujeres no aparecían; Solo había oído hablar de Irisl Murdoch, y solo por sus novelas. Entonces, creo que esto implica que el subtítulo quizás esté equivocado: al menos desde mi perspectiva, los cuatro podrían haber detenido la marcha hacia adelante del positivismo reduccionista en filosofía, pero perdieron la guerra.
Me impresionó especialmente la descripción de cómo el establecimiento filosófico de Oxford, sorprendentemente masculino y misógino, recuperó territorio cuando los hombres regresaron de la guerra. “Si las clases de pregrado antes de la guerra habían estado llenas de ‘jóvenes inteligentes a los que les gustaba ganar argumentos’… las clases de posgrado ahora estaban dirigidas por esos hombres y llenas de otros que estaban siendo entrenados específicamente en métodos modernos y destinados a una profesión que recompensaría astucia, rapidez y agresividad.”
Bueno, hola. ¿No es ésta también la historia de la economía? Ambas disciplinas tienen proporciones dolorosamente bajas de mujeres (y otras de entornos en los que a las personas no se les enseña automáticamente la confianza necesaria para hacer un espectáculo de inteligencia, rapidez y agresividad). Ambos siguen siendo así. La cultura y el maquillaje se refuerzan mutuamente. No habrá una solución rápida si la hay, pero la lucha de estos cuatro filósofos es inspirador Como el de todas las mujeres de su época que lucharon por poder llevar pantalones si les apetecía, y sobre todo tener la misma educación y oportunidades académicas que los hombres.