Como saben algunos estadounidenses, vivimos en una tierra cuyo gobierno federal se compone de tres poderes iguales. El hecho de que ninguno de ellos tenga poder sobre los otros dos significa que la decisión de nuestro poder legislativo (Congreso) de remitir un proceso penal contra alguien, en este caso un ex presidente, no constituye un imperativo para el poder ejecutivo, en el que el Departamento de Justicia reside, para tomar acción.
Habiendo dicho eso, la mayoría de los estadounidenses están felices de ver que nuestra Cámara de Representantes está tomando la decisión correcta aquí.